domingo, 11 de junio de 2017

VI.- DESARROLLO DE LUCHA DE CLANES Y #JIPATQ17: LOS ALIADOS, LOS ADVERSARIOS, LAS PRUEBAS


“Una vez traspasado el primer umbral, el héroe encuentra a su paso, natural y progresivamente, nuevos retos y pruebas, hallando en su camino aliados y enemigos, y poco a poco asimila las normas que rigen ese mundo especial.”

Volviendo un poco atrás en el tiempo, mientras movíamos el primer vídeo de Salvador e íbamos generando expectativas, comencé a programar las diferentes actuaciones que tendría la Lucha de Clanes, y para ello conté con un poderoso aliado que me ayudaba a ajustar la programación en una zona de actuación ni demasiado exigente ni demasiado sencilla. Gustavo Vegas, junto a David Pineda, aportaban un feedback inmediato y objetivo a cada una de mis propuestas, y gracias a ellos y a colaboradoras como Carmen Caparrós, pudimos vivir una experiencia intensa, pero dentro de la voluntariedad y de lo humanamente factible.

Algo que no he comentado, es que a raíz de comenzar con la fase de reclutamiento, usé la aplicación Fantasy Avatar para crear una especie de alter-ego del mundo épico fantástico que englobaba la Lucha de Clanes y lo puse como perfil de Twitter. De forma completamente espontánea, fueron muchas las personas que me preguntaron cómo lo había hecho y comenzaron a usar sus avatares fantásticos de perfil, así que nos pareció muy buena idea incorporarlo como una de las reglas de la lucha de clanes (como parte, de una fase de “equipamiento”). Es por ello que en más de una ocasión hemos hablado que las reglas “tenían vida propia” y se iban adaptando al desarrollo del juego y de las propias actuaciones de sus participantes.

Considerando que cada vez eran más las personas que preguntaban cómo hacerlo y para no perder la oportunidad, hice un tutorial de Fantasy Avatar:


Los reclutamientos fueron extraordinariamente rápidos y básicamente en cuestión de días alcanzamos una cifra superior a los 300 participantes (de los aproximadamente 400 finales) pero no era momento de festejar la acogida, sino de comenzar a jugar.

En esa primera semana planteamos el primer reto, que fue el “Grito de guerra”. Esta actividad consistía básicamente en una presentación en la red de cada uno de los participantes y su alineamiento con su respectivo clan.


Además de comenzar a visualizar en la red que algo importante estaba pasando alrededor de Antequera y conseguir que las inscripciones cubrieran las 180 plazas en cuestión de días, este primer reto sirvió para algo más práctico. Considerando que el siguiente torneo implicaría que cada participante tuviera que retar a algún miembro de cualquier clan rival, tras “el gripo de guerra”, al hacer una búsqueda en la red con cualquiera de los hashtags específicos se visualizarían rápidamente todos aquellos miembros de ese clan dispuestos “a luchar” (participantes activos de la lucha de clanes). Además, uno de los principales objetivos que nos planteábamos era el de acercar a Twitter y al establecimiento de redes de profesorado innovador, de esta forma, con actividades sencillas como “Grito de Guerra”, los participantes sin experiencia en twitter se fueron familiarizando con esta red social, y sin darse cuenta, iban adentrándose en una red personal de aprendizaje.

He aquí el anuncio del clan ganador del Grito de Guerra:


Tras hacer el primer recuento y anunciar el Clan ganador del primer reto, lanzamos con mucha ilusión el primer torneo. El nombre del mismo sería “Vídeojustas”, ya que cada participante retaba a algunos participantes de otros clanes a realizar un vídeo de presentación. En este punto, cabría destacar el plus de motivación y participación que implicó la Gamificación en esta actividad, ya que los vídeos de presentación siempre se han realizado en las anteriores ediciones de JIPA, pero en esta ocasión, la cantidad de producciones fue espectacular.

He aquí las reglas del Torneo “Vídeojustas”:


Y aquí el resumen de las reglas:


Con esta actividad, conseguimos visualizar muchas buenas prácticas, y animamos a muchos docentes a abrir un canal en Youtube y comenzar a compartir sus producciones en formato vídeo. Este punto es especialmente interesante, ya que consideramos que los vídeos tienen mayor impacto que una entrada de blog o cualquier tipo de presentación similar, principalmente por la comodidad de “darle al play y ver y escuchar”. Además, muchos perdieron el miedo a ponerse delante de la cámara y más de uno hasta le cogió el gusto.



Como comentábamos, las vídeojustas supusieron un movimiento en la red muy significativo que se sumó al del grito de guerra, y fue entonces cuando apareció la primera prueba: recibir la primera crítica, y asumir las dudas y las detracciones como parte del proceso. Al respecto, podemos decir que la proporción de estas fue ínfima en relación a las felicitaciones, pero como comento en el primer post sobre Conan en mi blog de autoayuda: “...todo es mejorable al desempeñar cualquier labor y nunca debemos dejar de plantearnos si la estamos desempeñando bien, puesto que la reflexión es uno de los caminos hacia la mejora”. De esta forma, y en equipo, comentamos la crítica o queja que nos había llegado hasta el momento, motivada por una posible confusión, que hizo creer a algunos participantes que era obligatorio realizar todas las actividades de la Lucha de clanes para poder asistir a las JIPA.
Considerando que entre los criterios de selección incluimos la participación en la Lucha de Clanes (primando así a las personas que hubiesen puesto interés en vivir la experiencia completa, que además, reunían un perfil muy interesante), creímos que era posible que más de una persona hubiera malinterpretado esta cuestión. De hecho, al describirlo ahora, veo que no está del todo claro, por lo que pondré un ejemplo. Los criterios de selección eran los siguientes (eran sumativos y acumulables):

  • 7 puntos: Colaborar en la organización (especialmente, por los virus)
  • 4 puntos: Participar en las actividades previas (con que se hiciera en alguna de las actividades de la Lucha de clanes, ya puntuaría ese criterio)
  • 2 puntos: Orden de llegada de la solicitud

De esta forma, no era obligatorio participar en la Lucha de Clanes para acceder a las JIPA, pero quien lo hiciera, prácticamente garantizaría su asistencia al sumar también los puntos del orden de llegada de la solicitud. Además, una persona que no hubiese participado también podría ser seleccionada, aunque tendría por delante a cualquier persona que hubiese participado en alguna de las actividades previas.

Sea como sea, esta cuestión sirvió para generar dudas sobre la conveniencia o no de este tipo de actividades, y tras hablarlo, decidimos que en el siguiente vídeo que realizáramos, incluiríamos una aclaración de que no era necesario participar en todas las actividades, y que haciéndolo en cualquiera de ellas, se cumpliría el criterio. La respuesta de los participantes fue clara: todos siguieron participando en la lucha de clanes, y al final de las jornadas, la persona que hizo la crítica terminó dando la enhorabuena al equipo por el trabajo realizado.

Llegado ese momento, también recuerdo una llamada de teléfono de una gran amiga que abiertamente compartió conmigo que ella no era muy partidaria de la competición en sí, aunque a pesar de ello, tenía confianza en nosotros e iba a participar y colaborar. En esa conversación, le expliqué que la trama partía de una competición inicial entre clanes pero que a mitad de la historia aparecería un acontecimiento que cambiaría el rumbo de la historia y reflejaría que en realidad, el objetivo nunca fue la competición (para entender este comentario, es posible que necesites revisar la narrativa de “Arxania: una odisea por la prosperidad”). Al conocer este dato, comprendió completamente el objetivo de la lucha de clanes y se sumó al listado de aliados que hicieron grande la lucha.

Una vez revisadas nuestras actuaciones, continuamos convencidos de ellas y anunciamos el clan vencedor del torneo de vídeojustas...





Superamos así el primer umbral y las pruebas, incorporamos al equipo grandes aliados, y seguimos afrontando las acciones de los enemigos para aproximarnos a la caverna más profunda.

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