domingo, 11 de junio de 2017

X.- DESARROLLO DE LUCHA DE CLANES Y #JIPATQ17: EL CAMINO DE REGRESO



“... el protagonista empieza a vivir las consecuencias de su enfrentamiento con las fuerzas del mal, que supuso su particular odisea. Si todavía no ha alcanzado la reconciliación con… los dioses o las fuerzas hostiles, podrían enfurecerse y volverse en su contra… perseguido por las fuerzas vengativas que ha importunado al apoderarse de la espada, el elixir o el tesoro”

Nos encontrábamos en un punto en el que encontrábamos felicitaciones por todos los sitios y medios, tanto a nivel personal como telemático, y aunque quedaba todavía una última semana (la más importante), había quien calificaba la Lucha de Clanes como todo un éxito: había personas que lo estaban aplicando con su alumnado, algún otro movimiento organizativo incorporó algunas de nuestras actividades como las doblajustas y los recuentos de puntos eran muy divertidos al poder ver tantas producciones creativas de tantos participantes. A pesar de ello, un miedo particular empezó a rondarme por la cabeza, y dada la experiencia de años anteriores, no debíamos bajar nuestro empeño: habíamos creado tal expectativa, que las JIPA propiamente dichas tendrían que ser memorables para estar a la altura de lo realizado hasta el momento. Y cuando creíamos que no podrían subir más, las expectativas subieron al publicar el programa y los nombres de los mentores que dinamizarían los talleres.

He aquí el programa de #JIPAtq17:


La presentación oficial de los mentores:


Y los vídeos de presentación de los distintos talleres:


Pero la historia nos tenía reservado un “aliado” inesperado que nos ayudó a poner los pies en el suelo y hacer un último esfuerzo por darlo todo por estas jornadas:

Cuando David Pineda, Carmen López y yo estábamos haciendo el primer testeo de la actividad “una odisea por la prosperidad” (la yinkana), percibimos con una fuerza muy intensa las artes oscuras del mago Yasihlab, que posteriormente aparecería en la historia como uno de los personajes principales de la misma. En ese momento, cansados de casi mes y medio de actividades, recuentos, dudas, alegrías, y aventura en general, sentir de primera mano una negatividad tan concreta me hizo llegar a decir: “yo para qué me meto en estos fregaos”. Las fuerzas estaban al límite, por lo que aquella noche fui a dormir realmente cansado de luchar contra las dificultades propias de organizar una actividad pretenciosa, pero sobre todo, de sentir la lucha contracorriente cuando encaminas tus pasos hacia el cambio.

Tanto David como Carmen mostraron una comprensión y una entereza acordes a su valor como personas. Su presencia y apoyo me transmitieron la seguridad de que todo cambiaría pasado unos días…

... y así fue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario